Mis pupilas malgastadas
por las necedades de la espera,
mis ojeras, las obscenas
manchas de tiempo en los espejos.
Las ausencia está
tan presente,
ironía burlona, burlándose
de este payaso.
Los puntos finales,
cuando ya no quedan suspensivos,
la sonrisa en viceversa
mis errores repetidos.
Pudiera el eco de mi mente
torturar al más valiente
cuando en el filo de la noche
sólo dicta tu nombre.