Pequeño homenaje a cierto personaje, canino y puñetero.
Que siempre me despierta con su alegría en candelero.
Que alegre me pregunta, si ser su amigo quiero.
Sin el pretenderlo, me ayuda, y me entiende.
Sin el saberlo, me da la vida y me comprende.
Esta vida, que a veces me sorprende gratamente.
Amanece, ando dormido sin prestar atención.
Es un golpeteo seco, es auténtica sugestión.
Es un sonido fuerte que te llega al corazón.
Al otro lado siempre está, su ladrido me alerta.
Me dirijo presto, ansiosamente hacia la puerta.
Ya sé quién eres, amor es tu humilde propuesta.
Mi buen amigo eres, porque tú lo quieres.
Porque yo me dejo, porque lo prefieres.
Tú cariño, ánimo y valor me infieres.
Mi fiel amigo, yo nunca quise mascota.
Nunca tuve quién me bailara una jota.
Terco, me comportaba como un idiota.
Contigo aprendí a valorar la amistad
y entender este mundo de verdad.
Gracias por tu cariño y fidelidad.
Y aunque apenas ni se entienda,
aunque a veces ni se comprenda,
tú y yo no tenemos enmienda.
Gracias Bruno, por tu consuelo.
Gracias Bruno ¡Te quiero!