Con tu vestío de flores, entre el polvo y el gentío
Era una tarde de feria, de palmas y quejíos
Tu montabas una jaca blanca, regalo de tu marío
Yo, mi corcel bayo, el que tu tanto has querío
Y nos cruzamos entre las gentes, mirando al infinito
De pronto, mi caballo, con gallardía y brío
Como si de mil flechas herío
Como tormentas de viento y granizo
Sin miedo al bocado ni al estribo
Volvió su cabalgadura, su fuego encendío
Hasta llegar a tu altura, a la jaca de tu marío
He hizo de nuestras miradas, un desvarío
Y se dijeron tantas cosas, tantas, amor mío
Que tu jaca blanca, y el caballo mío
Como una tormenta de viento y granizo
Desbocaran sus cascos y sin estribos
Cortaran las adelfa, los juncos del rio
Hasta parar en seco, su trote enloquecío
Y como tantas veces, cuando nos quisimos
Entre los álamos blancos, escondíos
Tu vestido de flores, mis botas, mi cintillo
Fueron de nuestros abrazos, mudos testigos
Y como aquellas otras tardes, me decías al oído
Temblando, que como a mí, a nadie has querío.
Y volviste con tu jaca blanca, a la feria, al gentío
Borracho y olvidado, te esperaba tu marío……
Y yo montao en mi caballo, entre palmas y quejíos
Pasé por vuestro lado, como si nada hubiera ocurrío.