Sobre la hierba fría que viste el suelo
y bajo la sombra de la enramada,
escuchas de la muerte su llamada
y sientes el crujir triste del duelo.
Buscando de la noche su consuelo
te aferras a los brazos de tu amada,
y en la tumba de flores perfumada
sólo hay llanto, dolor y desconsuelo.
Tornarán las arrugas a mi frente,
mis ojos perderán todo su hechizo,
beberé con el cáliz de tu fuente
y mi cabello gris se hará cenizo,
romperé las cadenas de la mente
y el cielo azul se volverá rojizo.
Franklin Joel Blanco Aparicio.
Villa de Todos los Santos de Calabozo.
Venezuela; febrero de 2018.