Tu presencia
el caos de hojas caídas
que revuelve el viento y no deja en paz.
En tus ojos
el río turbulento
que te arrastró hacia acá.
En tus manos
la vida hecha con trabajo
construyendo destinos y forjando un hogar.
Sin duda alguna, el amor sincero
que destaca en tu áura y genera mi dicha,
hay que saberlo entender.
Hoy quiero en tus ojos esa chispa-sonrisa
que hace tiempo no está.
Elaboro en tu ausencia
primaveras eternas para ofrecerte:
las flores más perfumadas...
las hierbas con mejor aroma...
las plantas que me pidas,
verdes o amarillas, yo las sabré cultivar.
Si vos me cuidás, te cuido.
Si me guías, te sigo.
Sólo es cuestión de empezar.
En mi corazón tenés abrigo,
en un rinconcito especial
pues tiene contraseña
y sólo yo puedo entrar.