Está en mis labios
el sudor
de tu piel y mi amor…
Me lo bebo
con cada palabra
que mi corazón te nombra.
Sempiterno fluye,
nace y renace
cada día este amor;
tiene fragancia
a mirra y malvón,
y fluye el canto
del trémulo gemido
derrochando encanto
entre caricia y pasión.
No existe torvo invierno
ni primavera sin sol,
albacea seremos, los dos,
de ese sudor.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y Poeta - Argentina
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