En el desorden de tu agonía
haberme deleitado de los frutales
desde uno de tus patios bajo alguna sombra pumalaca
haber sentido tus aromas misteriosos
que mi canto no ha aprendido a describir
ni clasificar en colmena alguna
haber sentido el rocío de la brizna mañanera
a orillas de sepultados aljibes
los olores centenarios del mago
los limoneros
el aguacate
árboledas de los secretos
el canto silencioso de la paraulata dormida
la frondosa sensación morichal al mirar los botones del cacao
haber escuchado las melodías solitarias del viejo cocotero
haber sentido el ancho río
alargado
todo horizonte como los sueños
todo caudaloso como las melancolías
la bandola de mi hermano Gerson
el violín de Ramoncito
el coro de mis años mozos
Esas musas
acaso serán el alma del poema?
\"El hombre es un olmo que da
siempre peras increíbles\" O. Paz