Te volví a soñar
y mi alma testigo de tu amor
nuestra historia recordó.
Un fresco perfume
sabor a campo y hierba
envolvía nuestro hogar.
Con dulce sonrisa
y tierna mirada
cocinabas con afán
en tu viejo perol.
Sentado sobre un roble
ayudaba acomodar
los insumos que usarías
Tu mirada tu sonrisa
cual cálida brisa
se posaron sobre mí
y tu suave voz oí decir
pronto has de partir.
Aquellos que la noche
no detienen su mirar
se acercaron hacia a mí
cual familia que se alejan
esperando su retorno
uno tras de otro
un abrazo recibí.
Por lugares muy lejanos
que llevó mi andar gitano
el eco de tu voz
con el viento llegó a mí
despertando en mi alma y corazón
el ardiente deseo de sentir
la magia de tu amor.
Por amor o por olvido
siendo tú mi enigma aquí
mi voz en silencio grita.
¡Oh, Madre!
Pronto he de volver
no sin antes conseguir
los insumos que has de usar
continuando sin parar
tu sublime afán por cocinar.