Yo encontré la mejor droga que puede existir en este vil mundo, la encontré antes de ser mayor de edad, cada vez que me inyectaba de ella era lo fantástico, y cada vez que entraba a mi cuerpo yo me convertía en un maldito cabron de querer más porque esa sensación de estar en las nubes me encantaba. Hablo del amor esa endorfina que entra a mi cuerpo cada vez que me enamoró, esa sustancia tan única, tan naturalmente exquisita que como ser humano cada vez me vuelvo adicto al amor...