Alcanzar el ocaso, la plenitud eterna detrás de la montaña.
No, no es el sueño lo que moviliza la esperanza,
es la incertidumbre, la mágica sensación,
de no saber que hay más allá de las nubes
Mi existencia agusanada por el tiempo,
se diluye en un charco de fotografías vitales
Divago y me pierdo en mi pensamiento efímero
La tierra mojada me acepta como hijo
Me convierto en la semilla perfecta
El fénix se apiada de mis intenciones banales
Mi carne se fragmenta, se convierte en esporas de luz
La energía fluye, el universo la recibe
Doncella, calavera huesuda que custodias el vuelo
Tu hoz me llevará a ver lo inimaginable
Custodia con tus cuervos silentes, mi rastro eterno
La última chispa de este haz de luz