Calafatea las cuadernas,
para que la mar resbale.
Cuando las olas golpeen,
furiosas sobre la proa.
La quilla parta las olas,
El viento empuje la popa.
Obedeciendo al timón.
Con renovada pasión.
Barniza la superficie,
del rostro de su batel.
Las grietas de su estructura,
las cuida como su piel.
Así navegan sus sueños,
Mientras sus manos fibrosas.
Con vigorosa ternura.
Acarician la montura.
Listo para galopar,
sobre las olas de espuma.
Tiemblan las velas airosas.
Como alas de paloma.
Aplauden a su velero,
que va rompiendo las olas.
Aleteando con el viento,
cómplice de su alborozo.
Cánticos sagrados son,
que los marineros gozan.
Marineando afanosos.
Cruza el velero la Tierra.
Recorriendo su contorno.
Con la Luna como faro,
girando hacia el mismo Norte.
El Sol calienta las velas,
para que la nave trote.
El viento le va empujando,
abrazando su esqueleto.
Elegantemente flota.
Peinando el mar con respeto.
Así navega la vida.
Flotando como un velero.
Golpes de viento alentando,
su proceloso sendero.
Deslizándose ladina,
sobre los mares del Tiempo.
A. L.
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