Eras tú
Cuando la luna besaba la tierra y mi tacto
La caricia de hielo del viento tunjano
Poro a poro
En pentallemas
Eras también el fuego
Que quebraba la dura costra
De mis pasados invernales.
Eras el reflejo angosto de un brillo sublime
Eras la continua bóveda que todo lo contiene
Y más allá de ti, existías, diluida.
Eras la continua promesa
Como lluvia que no tarda…
Y siento ahora
Llegará el día
Lo espero
Como la tierra espera la lluvia
Como la semilla la primavera
En que tus ojos florecerán de alegría
Llenando la bóveda de estrellas
Ojos que conocí como un niño
Alelado con el brillo de su esencia
Temí perderme en ellos
Terminé por perderlos
Y ahora eras
y alegría serás de otro cielo.