Le he preguntado al poeta,
del ala del colibrí,
de la mariposa blanca,
de una mañana de abril,
del crepitar de la leña,
juntos en el hogar,
si eres gota de agua inmensa,
que hace pequeño el mar.
No supo qué contestarme,
y busqué en la sabiduría
del viejo batir de hojas
de ratas de librería.
Ninguna halló la respuesta,
ninguna supo contestar,
si eres gota de agua inmensa,
que hace diminuto el mar.
Eres gota de agua inmensa?
le pregunté a las estrellas,
cuando una noche de agosto,
en una calle cualquiera,
una de ellas me decía,
brillando en la noche negra:
Claro que el mar es pequeño,
si lo pones a tu vera.