No te explicará lo abstracto de la idea
por qué el vacío helado que invadió tu pecho
ingrávido, sin materia, sin sustancia,
pesa tanto y tanto duele.
No hay clara conciencia en ella del pasado,
no puede proyectarse hacia el futuro incierto,
no creo siquiera que note tu presente
de vida desolada y desolada muerte.
Y menos lo sabrá, si no le has dicho
que sigues en tu lucha y te resistes
a aceptar resignado la derrota eterna,
a rendir tus sueños, tus sueños con cadenas.
Sólo el calor del músculo y la sangre
te darán respuestas que entiendas y te sirvan
para que sea, el pesado vacío que te oprime,
aliado en tu lid y en tu lid espuela.
De mi libro “Soles y de escarchas“. 2004 ISBN 987-9415-17-5