La llama de tu infierno,
enciende mis mas bajos pensamientos,
pero vendo mis ojos,
no quiero la verdad,
la prefiero al invierno,
y dejo en mi silla sentimientos,
retiro de mi vida los enojos,
no quiero soledad.
El fuego de tus lábios en mi boca,
tus ojos encendidos que me miran,
¡mi corazón palpita,
de amor y de ilusión!,
siento que se desboca,
cuando tus manos tiran,
de mi hacia tu pecho,
el alma se me agita,
contigo y tu pasión,
en ti bajo tu techo.
Arriba las estrellas tintinean,
reflejan con la luna las mareas.
Dolores Egea ( Lolaila)