(Un poema clásico que escribí hace una década que lo lleve al pentagrama)
Conocí a la flor más bella
del jardín del cielo
y con ella a mí lado
me di cuenta que no había fronteras.
Bendita Paloma Blanca
que cruzaste por mí camino
llevándome bajo tus alas
más allá del infinito.
Y el desierto de mi vida
se llenó de bellas flores
la felicidad yo conocía
lejos muy lejos de temores.
Soledad, tristeza y amargura
yo ya no puedo describir
desde que estás a mi lado
mi desdicha dejó de existir.
Une tus labios con mis labios
y siente el palpitar de mi ser
mira mis ojos con tus ojos
y comprobarás que eres mi fe.
Bendita Paloma Blanca
gloria de mis anhelos
eres la dueña de mi alma
y de todos mis versos.