Mi inspiración más profunda
no se da cuando yo inspiro
y el pecho de aire se inunda,
ni tras un hondo suspiro.
Eso no es lo que me infunde
las ideas con que escribo,
ni eso los plomos me funde
de un subidón repentino.
La clara luz que me alumbra
cuando me encuentro perdido,
lo que mi mente fecunda
con las ideas que admiro,
la inspiración más profunda
me llega cuando la miro.
© Xabier Abando 29/09/2017