Un día tuve una amiga, una especial, a la que amaba con tanta infinidad. Poco a poco las cosas fueron cambiando, seguíamos juntas pero cada quien por su lado, no sé qué pasó, pero sentí una traición, ella se disculpó y no me importó, me dolía.
Terminaron los años y seguía yo con mi vida lejos de ella por supuesto y ella lejos de mí. No quería aceptar en mi ser que aún la quería, hay es que esas amistades y esos cariños son para toda la vida.
Pasó la vida y todo seguía igual, tal vez ella sufrió como yo sufrí o le pasó algo peor, seguro fue hermosamente peor y me enteré y se ablandó mi corazón, me di cuenta que la quería y que por tantos años separados había deseado un abrazo suyo pero yo al final me había alejado, pensé que era injusto pero lo hice porque me había lastimado.
Ahora recuero cuánto la quería y la quiero, ahora quisiera un abrazo de su parte y darle el amor que le daba.
Ay amiga, cuánto te he extrañado, pero debes saber que sigo aquí de lejos pero a tu lado.