Sabemos que la luz nos ilumina,
Sabemos que su sombra nos protege,
Sabemos que el amor la dicha teje,
Así como que el fuego nos fulmina;
Sabemos que la vía se termina,
Que la sabia experiencia mueve el eje:
Que al pesado dolor pronto lo aleje,
Lo vuelva cual licor, gran medicina;
Sabemos y sabemos que esta vida
Se expresa en diferentes decibeles,
Por senda, que parece ya perdida;
Sin embargo, si existen los laureles
Para los triunfadores, que concluida,
Entregan como ofrenda: dulces mieles...