Tus besos todavía los siento
abrazándome los míos.
Tus senos, pegados a mi pecho
con sus pezones erguidos...
La saliva de mi boca
se entre mezcla con la tuya,
nuestras lenguas se hacen rocas
como la lava que toca y hace suya.
Nuestras manos como a ciegas
recorren sin parar los cuerpos
de nuestras almas unidas
apretando nuestros sexos...
...y ese volcán humedecido
del calor que ambos forjamos
sobre los mares de sábanas
en la que juntos nadamos.
El sudor sigue aumentando,
el placer es más intenso,
los gemidos más constantes
a la vez que te penetro.
Un grito nace de ti
cuando el clímax te llega,
espasmos mueren en mí
al finalizar la entrega.
Huelva 1 de Septiembre de 2016
Ermanué (c)