En esta noche asfixiante,
te mire por la vereda,
y entre esa fuerte cascada,
vi a tu aura centelleante.
En este grandioso arroyo,
hay una ligera bruma,
y fluye como la espuma,
que llega hasta tu castillo.
Brillar la estrella te deja
con luz pálida y brillante
y en cada rio se refleja
tu ser que muy dulcemente
despierta y ríes perpleja
hermosa, tibia e impaciente.