Uno observa con frecuencia tristemente
que quienes están a nuestro lado no siempre nos aman
-aunque se llenan la boca diciéndolo-
sino que además lejos de amarnos
tampoco son compañía.
Lo terrible no es lo que nos sucede
sino no tomar conciencia de ello
y arrancarlos de nuestra vida.
Cuando se ama se respeta y se construye,
no se resta ni se divide, no se destruye,
no se limita al otro en la propia creencia,
¡No se amordaza!
Se ama, amando en absoluta libertad!
Mané Castro Videla
Mujer poblándose la mirada de sueños...