Mallez

Tus rizos

 

 


La lluvia ya sobre tus rizos
parecía ser condescendiente
que como suaves cobertizos
caían húmedos sobre tu frente.

Así, en castaños espirales
cubriendo tus ojos bellos
como hojitas primaverales
caían sedosos tus cabellos.

¡Qué bella enredadera, Amada,
se posa tan sedosa y suave,
que al viento, al verse alborotada

es como el encomio de un ave
que a sus alas impulsa al vuelo
si el viento agita así tu pelo!