Siempre me decías que era como tú,
demasiado buena para esta vida,
eso como niño me horrorizaba,
no quería sufrir tanto como tú, por mi amada.
Siempre me comprendiste,
en determinados momentos fuiste mi única amiga,
las personas tímidas, siempre buscan a las reservadas,
y contigo yo nunca estuve sólo, ni tu sola.
Fuiste la primera gran pérdida de mi vida,
la primera persona que creyó en mí,
para una persona que su amor propio,
era la absoluta nada, eras un rubí.
Sigo hablando contigo, siempre te hablaré,
me acuerdo cuando te enorgullecías,
cuando llorabas, de la guerra civil,
Que viví gracias a tí.
Gracias a Dios, ahora no estoy solo,
hay más gente que confía en mí,
sobre todo lo que me diferencia es mi amor propio,
Que a diferencia de antes,
las críticas no las veo como verdades,
sino como e incertidumbres e incluso ataques.
Siempre rezo por tí, mi protectora,
de luz infantil y de candil,
de mi autoestima y su ausencia,
mi señora, mi amada abuela.