alupego (Ángel L. Pérez)

AQUELLOS, FUERON Y SON.

 

Nació la raza indomable.
Sólidos e irreductibles.
Arrojados e Indoblegables.
Sin homenajes ni tronos.
Seres sencillos y humildes.
Con voluntades de hierro,
y corazones de mimbre.

Soldados de la decencia.
Guerreros de la verdad.
Sin estar llenos de ciencia.
Abrazan la Humanidad,
alimentando conciencias.

Salen del seno materno,
como otro cualquier mortal.
Pero una esencia especial,
va circulando en sus venas.
Nadie resuelve el dilema.
Cuando solo su presencia,
a todos hace vibrar.
La vida, uno entre mil,
va dejando en la existencia.
Faros en la oscuridad.
Dando luz a lo que encuentran.

Coherentes almas humildes.
De sencilla vestimenta.
Que no buscan los placeres,
que satisfagan sus cuentas.
Inteligentes y cultos.
Próceres sin medias vueltas.
Que dándote el corazón,
al mismo tiempo te enseñan.

De roca son sus principios.
Y la verdad es el credo,
que impera en su raciocinio.
Dispuestos a darlo todo,
cuando lo injusto es oficio.

Voz auténtica que suena.
Sin adornos ni acertijos.
Dardos certeros que llegan,
a los cerebros más nimios.

En cada paso que dan,
se descubre lo maldito.
En sus huellas indelebles,
a fuego queda lo escrito.
No tiene medida el tiempo.
Su voz llega al infinito.

Ejemplos fueron y son.
Recordados como mitos.
A. L.
http://alupego.blogspot.es/2