A Evaristo Ramos
En este patio no hay música,
no suenan las sevillanas
que Evaristo Ramos y Mora
en el ciento dos cantaban.
No se oye la guitarra
sonar como allí sonaba.
Ni gorriones volar,
ni flores abrir al alba.
Sólo muros de hormigón
con rejas en sus ventanas.
No hay ni siquiera escenario
para cantar en las mañanas,
ni recitar poesías como
en Sevilla recitaba.
El cura dice la misa
sin coro porque le falta.
Esta cárcel es diferente
querido primo del alma,
falta tu voz con la mía
y el sonar de mi guitarra.
Huelva 28 de Agosto de 2016
Ermanué (c)