abro la puerta y ahí está
después del sol
por todas partes
en el piso nuevo
en la hilera de hormigas comunistas
de casi tres metros
en las babosas pusilánimes
en la calle
lo respiran los precavidos
que salieron con impermeable naranja
y los demás transeúntes
ahí está
impregnando los desechos
que dejó revueltos la niña bonita
sin futuro ayer
y ahora me impregnará a mí
qué pronto dejó de llover
y a mi paraguas inútil
también