-Me gusta pensar
que sonríes cuando piensas
con deseos de enamorada,
-me gusta soñar
que es como crear de la nada,
un lazo invisible entre tu sombra
y mi orilla
entre mis ansias y tu sonrisa
-me encanta
sentir,
visualizar,
tus aromas de jazmín y canela
-me cautiva siquiera imaginar
que despierto tus anhelos,
y es que te pienso tanto
que al pensarte:
-me abarcas-
-me invades-
-me haces-
-me inventas-
-me modelas-
-me moldeas-
-y me creas,
cada vez que te detienes y me miras,
así es como me conviertes
en un descifrador de códigos
exprimiendo cada coma,
cada espacio
por donde descubro
los secretos ocultos
que vuelan en tus palabras,
esas que convertidas en versos
son como palomas mensajeras.
Cuando hablas,
las palabras se troquelan,
toman cuerpo,
se hacen visibles,
-pienso además…
que cuando me ves,
te sonríes,
miras a lo lejos
y te quedas pensando,
es entonces que los ruidos,
en la quietud de tu mirada,
se desvanecen
y tu mirada,
como sombra alargada
que no lo es tanto
cuando me nombras,
busca en el horizonte las huellas
que voy dejando
porque al ser tú mi estrella
eres a la vez la estela luminosa
que me identifica.
Es por eso
que procuro dilatar los sueños,
para que los versos,
-que son tuyos-
se sucedan
como notas sin pausas,
en el deseo de que las oigas,
reclines tu vida por un momento
en la mía
y recostada sobre ella
pienses y te digas:
Cómo me llegan tus notas,
-y tu resplandor-
cómo de altas y claras,
-con cuanta luz-
tan ardiente amor,
y clarificadora,
que son aliento quemando mis labios
calor derritiendo la cera de mi piel,
energía de vida para mis pétalos dormidos,
-mis negras pestañas negras
se abren como flores en primavera
cuando la luz del sol,
-que es la tuya-
las acaricia con esos rayos de amor.
Son tus notas las que llegan
con reflejos dorados
abriendo de par en par las puertas
de mi conciencia dormida,
y me llegan
bañadas de esa bella melodía
con sabor salado
de una mar en calma,
donde en sus orillas,
cantan las sirenas
acompañadas por un coro de caracolas.
-:-
Por oírte decir eso
es que me hago interminable,
para interminablemente tenerte,
ser caudal inagotable de palabras
y tratar de colmar en lo posible
todo cuanto te callas,
adivinar lo que te falta
y convertir tu silencio en mi horizonte.