No fue el primer amor
pero si fue el primero,
que no pedía flores
el catorce de febrero,
que no se molestaba
cuando llegaba tarde,
que no se hacía el valiente
si yo me hacía el cobarde.
Me acompañaba al cine
nunca de la manita,
bebiendo coca cola
comiendo palomitas,
y me contaba historias
que no hubiese creído,
del cine de verano
de ella y de su marido.
...y cada día en su cama
me enseñaba la vida,
mi pantalón de gasa
curaba sus heridas.
Con mil y una caricias
ausentes de un te quiero,
me regalaba besos
con sabor a puchero.
Yo era solo un chaval
seis años menos viejo,
me sentía un chamán
dentro de su amuleto,
cuando daban las once
en el reloj del cine,
para mi en la pantalla
se detenía el filme.
Hace ya mas de veinte
años que no la veo,
ya será una señora
nunca dejó de serlo,
cuando me voy de sala
a ver algún estreno,
me acuerdo de sus besos
que sabían a puchero.
...yo que de ella aprendí
una y mil sensaciones,
con una me quedé
bajo los pantalones.
Con mil y una caricias
ausentes de un te quiero,
me regalaba besos
con sabor a puchero.