Como si fueras,
un doblar de campanas,
que cada mañana,
surge entre la niebla.
Como fuente serena,
de arroyo claro,
donde todas las tardes,
refresco mi boca.
Como la oración,
de la noche,
que me acuna,
y me devuelve,
este alma de niño.
Porque TÚ eres,
campana en la mañana,
quien calma mi sed,
a la tarde,
quien por la noche…
…me vela.
a.rodríguez.