El ruido del mar
aturde mis pensamientos
los lleva y trae en la fuerza de sus brazos
esa vitalidad sin descanso
aprieta mi pecho
con inevitable presión.
Las manos, se crispan en los bolsillos del gabán
anudándoseme el horizonte en la garganta
cuando te veo allí
junto al mar, en sus orillas
a contraluz de los infinitos brillos del agua.
El ruido de la rompiente, aleja mis pensamientos
y tu te alejas, por los bordes del mar.