Porque encarcelé al viento
entre mis brazos.
Traía secretos que llevaban
y los sentí cuando los cargaba.
Y me confesó compadecido
que sobre su hombro
mucho pesaba.
Secretos que todos llevamos
sin ser de la nada,
que nadie calcula su peso y figura
pero debemos hacerlo
poniéndole cerradura.
Y le abrí las puertas
para que exhalara
todo el monóxido de carbono
que tanto se respiraba.
El aire se sintió asfixiado
por el exceso existente
y no sentí más placer
que cargarlo nuevamente.
Hoy cierro mis pulmones
con la angustia del aire
ese que me sobra.
Este mundo lleno de zozobras
nos lleva a todos agitados.
Es a la inversa rompiendo emocionado
con un secreto
que nos tiene encarcelado.
NellyCastell