Iris Lugo

ALGÚN DÍA

Su ojos lánguidos miraban la lejanía

y recordaba aquel ayer,

contemplando la hermosura del paisaje

que se asomaba en el alba.

Recordaba el ayer de su pelo negro

y de su piel sin grietas,

de su timidez de niño

Y de su juventud de atleta.

Levantó los ojos y miró a lo lejos

el recuerdo de los  años ya vividos

y recordó aquel día en que le dijo

«parado aquí te recordaré algún día»