Yvette Nino

CAÍN Y ABEL (soneto bíblico)

Por obra de su hermano ha muerto un hombre,
de escarlata se tiñe la pastura
¡Caín!¡ Caín! retumba en la llanura
Y no hay respuesta al eco de su nombre.

Un soplo abrasador aumenta tanto,
que el bosque se estremece, ruge el viento,
un trueno estalla como tigre hambriento.
La tierra se disloca con espanto.

Llama el airado Dios desde la altura
“Han muerto a un hombre”, dice con voz dura
“¿Donde se encuentra Abel? ¡A ver tu mano!”

Cae en el suelo el arma ensangrentada
y responde Caín con voz airada
\"¿Acaso soy el guarda de mi hermano?\"