Coleccionaba polvo
insectos y telarañas.
Su casa era oscura
siniestra, casi parecía
la casa de drácula.
Le regalé una planta
para que tuviera algo verde
y un ser vivo que cuidar.
Creo que murió a la semana
¡la pobre planta.!
El ocupa de la desgana
siguió viviendo, vegetando
en su morada
Los ácaros del polvo
le despertaban por la mañana
y las arañas le construyeron
una capilla donde llorar.
La lluvia ya no lavaba su fachada
y el sol ni se atrevía a entrar.
Lo intenté una y otra vez;
todas las rechazaba
¡las pobres plantas!
No puede haber vida y milagros
en la casa de drácula.
ni amores ni pecados
en un alma resecada.