Querer ver el cielo en Medellín,
es un ejercicio de amorosa voluntad,
es querer en medio de la guerra vivir en paz,
o querer firmar la paz entre Abel y Caín.
Hay un machista exceso de virilidad,
y negación de la mujer como persona,
ninguna madre de verdad a su hijo abandona,
está prohibida la decencia en la ciudad.
Sin embargo hay decencia,
aunque sea difícil en la ciudad,
hay gente honrada luchando por ella.
Hay quien sin derecho es llamado excelencia,
y hay quien no puede decir la verdad,
para un idealista aunque la vida sea dura es bella.