“Nunca sabes lo que el destino prepara,/ la vida va pasando y es así…/ es como el viento que te da en la cara…/ y no se detiene allí”.
Pude ser bombero o tal vez policía,
un sacerdote o en turismo un guía,
quizá mecánico o algún buen pintor.
Un técnico electricista, un plomero;
un arquitecto, un experto ingeniero
y decidí ser un mensajero del amor.
Pude ser fotógrafo, quizá periodista;
cantante o actor, un famoso artista
o trazar con arte dibujos diversos…
Ser un hábil abogado o un justo juez,
piloto de aviones, un mago tal vez
y elegí hacer magia con mis versos.
Pude ser director de cine, escultor;
un buen comerciante… ¡un doctor!
Tomarme la vida en paz, con calma;
ser un cient´fico, matemático quizá;
vigilante, marinero, estar aquí o allá…
y decidí navegar en aguas de mi alma.
Pude ser joyero, como mi padre lo fue;
un chofer o alguna profesión que olvidé
o un astrónomo para estudiar estrellas;
pero un día entre letras empecé a vivir
y pudiendo entre otras opciones elegir,
decidí ser poeta… ¡para amarte en ellas!
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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