Tuve una niñera
llamada: Mercedes,
de negro cabello,
sereno su andar.
La piel como el cobre,
ojitos marrones,
un poquito tristes
de tanto extrañar.
Historias del norte
contaba Mercedes,
llenas de montañas,
de cabras, de sal.
Tierra de colores,
de carnavalitos,
ponchitos de lana
prontos a bailar.
Carita de luna,
mi linda Mercedes,
sueñas con tu cielo
tan lejos de acá.
Nubes que se esconden
entre las montañas...
si estiras tu mano
las puedes tocar.
Cantame otro poco
tu canto, Mercedes,
endulzá mi oído
para descansar.
Cerrando los ojos
vuelvo a ser pequeña,
me acunan tus brazos
de nido, de pan.