Adorna tu cabeza blanco velo
y al costado la torre de la vela
tu firme vigilante centinela;
delirio horizontal alzada en vuelo.
Granada tienes a tus pies de suelo,
el Dauro en tu cintura se consuela,
ya la vega de manto se desvela,
y mi alma al contemplarte sube al cielo.
Te engalanan hermosos los jardines:
fuentes en donde el agua gime y llora,
y nenúfares, rosas y jazmines.
Alhambra de perfil Sultana mora,
y nombrada en todos los confines,
que al mismo, Alá, tu embrujo lo enamora.