Odio tu risa, que entibiaba mi lecho
Y tu ojos, que me miraban siempre
Odio tus labios, que recuerda mi pecho
y tus palabras, que ya no me mienten
Odio tus manos, cuando camino sola
y tus pasos que no me acompañan más
odio tu voz, cuando asaltas mis horas
y no sé el camino dónde hoy, andarás
Odio tus besos que dejaron tanto frío
y tus dedos en mi espalda, que ya no están
Odio tu pecho, tan cálido y fuerte, tan mío
y odio tu rostro, que busco en mi diván
Pero lo que más odio de ti, sin dudar…
Es que no sepas cuanto te odio siquiera
y que no sepas cuánto te puedo amar
si por un momento, conmigo estuvieras...