Se me acumula en el costado
un dolor de frondosa copa
que bate el destino con el viento
y se agostan tiernas e injustas
las amapolas y sus colores tristes
mi patria abierta en el meollo
muestra descompuestas sus vísceras
y los hombres cual fantasmas
navegan en medio de la miasma
es un dolor de ecos que replican
las campanadas del escándalo
y me tortura rompiendo en mil pedazos
la esperanza de una sonrisa en sus niños
agoniza y lentamente sucumben
sus muros y fortines de la historia
¡Qué remedio! ¡Qué conjuro!
¡Qué dios de justicia verdadera!
es el clamor de los sollozos náufragos
¡Nadie escucha!
es ¿acaso que no hay valientes?
¿que los héroes se murieron en vano?
que se abra bajo mis pies la tierra
y que caiga dentro en sacrificio
mi atormentada alma y mis huesos viejos…
Copyright © Rodolfo Dondero Rodo
02.03.18