No logra concretar aún la Historia,
si arevacos, tal vez, o pelendones,
serían los valientes defensores
de aquella tierra que hoy llamamos Soria,
celtíbera región, en suelo hispano,
que optaron por luchar hasta la muerte,
en vez de resignarse a indigna suerte
rindiéndose al ejército romano.
Quebró la muerte al fin su militancia:
el cerco de Escipión, por hambre y sed,
movió al suicidio y se acabó Numancia.
Si busca un adjetivo que defina
la extrema resistencia, sepa que es,
por causa de Numancia, \"numantina\".
Xabier Abando, 11/04/2017