Esteban Mario Couceyro

Las musas

Mis sueños me llevaron

por tierras extrañas

nunca pisadas

por hombres de espada

y mucho menos

hombres enamorados.

 

Era un bosque

de árboles verdes

y niebla gris.

 

A los pocos pasos

ellas

estaban juntas

abrazadas

de temor y gracia.

 

Al verlas

me detuve

y de mirarlas

la vista bajaron

canturreando

suavemente plañido canto.

 

Sin dar un paso

escuché

la brisa

cantando entre las ramas

y el aleteo

apresurado

el abandono

placentero del ave

que llenó el cielo

con infinitos colores.

 

Las musas

dejaron de cantar

y lentamente

levantaron la mirada

hacia mi

buscando las armas

los brillos

de metales

..

 

Yo solo tenía

las manos vacías

de versos

ya dichos

……

palabras

solo eso

había dejado

como huellas

de mis pasos.

 

Las tres

se fueron

por donde vine

en cada paso

que había dado

ellas se perdían

entre las infinitas líneas

de mis poemas.

 

Quedé solo

con los ecos de sus voces

en esa niebla

que lo ganaba todo

solo los árboles

subiendo al cielo

y yo

sin armas

ni metales con brillos

vestido

de letras

simples letras

de amor.