Veo un pedacito de luna
mientras oígo una canción
al lado de mi ventana
desde otra habitación.
El verano se ha marchado,
las noches se hacen más largas.
El otoño que ha llegado...
¡Casi un año aquí! ¿qué pasa?
Preso sigo en esta cárcel
que me está rompiendo el alma,
me está apagando la vida.
¡Vivir ya no tengo ganas!
¿Qué pasará cuando muera?
¿Quién recordará mi nombre?
¿Quién leerá mis poemas?
Podrá en mi tumba algún hombre
escribir ese epitafio con letras
de lata o cobre?
No sé lo que ocurrirá
cuando mi vida se expire.
Creo que no importará...
¡Muerto ya nada sirve!
Me dormiré alguna noche
mirando por la ventana
el pedacito de luna
sin despertar para el alba.
No sé que hay al otro lado
¿la verdad? que me da miedo
no saber que habrá pasado
ni saber que ya estoy muerto.
¡No! ya basta de esta tortura.
Dejadme salir de aquí...
¡Señoría soy inocente!
Le juro que no mentí.
Dije toda la verdad
al dar mi declaración,
¡Póngame ya en libertad!
Démela por favor.
Ya he pagado suficiente
si merecí algún castigo.
Pronto me espera la muerte
si encarcelado aquí sigo...
...El pedacito de luna
que veo desde mi ventana
se va perdiendo en la noche,
pero volverá mañana.
Huelva 5 d octubre de 2016
Ermanué (c)