solangel

A que no te atreves...

A qué no te atreves…

 

A qué no te atreves…

A dirigirme la palabra…

A llamarme… a buscarme

A desnudar y sincerar tu alma..

A decirme que de eso se trataba

Una pasión primitiva y barata…

Que sólo me deseabas en tu cama

para unas revolcadas,

para satisfacer tu lujuria,

tus deseos de poseerme toda

sin que se quede una sola pulgada

de este cuerpo que delirios te causaba

A qué no te atreves…

a decir sin reparos que  deseabas

una sola noche de placer

salvaje, sensual, alocada, y tan fantaseada  

donde la piel fuese la que gobernara

para luego sin más volver

a tu fría rutina ya tan  calculada…

y como no se te ha dado… te has alejado…

 

A qué no te atreves…

Resistir mi mirada

Y mirarme a los ojos

Y decirme de frente

Que si yo te importo

Como la de tu alma la amiga

La que ha compartido horas a tu lado

y tal vez al hombre escondido ha despertado

A qué no te atreves...

A volver tras tus pasos

Y olvidarte de una estúpida conquista,

La de ganar una apuesta…

Pues solo por unas horas me ganarías

y me perderías de por vida

¡Qué bien me has demostrado

que con cualquiera satisfaces

lo que conmigo no has podido…!

A qué no te atreves...

A regresar por la amiga

Por esa que jamás te abandonaría…

Pues amores llegan y amores van

Y sólo una amistad sincera quedará

Combatiendo los embates del tiempo…

A qué no te atreves…

 

Carmen Lidia Feliciano

Junio 1/2010  9:30 A.M.