Con mis manos heridas por agudos espinos,
Los harapos maltrechos por filosas espadas;
La esperanza perdida, ilusiones erradas,
Sigo ruta angustiosa por oscuros caminos;
Nada entiendo en la vida, los confusos destinos,
Laberinto infinito con las puertas cerradas;
Yerta fe que ahora es humo, ilusiones quebradas
Sólo náusea que mata por hediondos cochinos;
Dura faz alterada de una loba tan fiera,
Comerciante perdida que en su alcoba reposa
Agotada de ruda y tan fiera tarea;
Ya pasó, por oriente, la jovial primavera
Septentrión ya dejó ese viento que goza
Hacia frío occidente que nos dice así sea…