Ésta alma inerte,ya desierta
vaga perdida e indefensa.
Aunque la bruma sea densa,
llegaré al umbral de tu puerta
enlazado a tu negra trenza.
Tu figura fue el embeleso
de todos mis desvelos.
Trasparente eran los velos
que cubría tu sexo.
¡Ah!...ese embeleso.
Tu larga y brillante cabellera
cubrían esbeltas gemas
botones rosas supremas
roja flama,ardiente hoguera.
"¡Y yo!...él madero que se quema"
Esa esfinge nacarada
de alabeo desmesurado
de particular cuerpo alado
atrayente y profunda mirada.
"Me dejó prendado"
¡Ay!...venus umbrío"
exhalación inrrefenable.
Hay dos flores quizá inalcanzable.
Una se la llevo el río
otra..."tal vez probable"
Tengo la mirada exhorta
y aún la sangra fogosa.
Este pretendido sáfico,no es glosa.
Es una expreción impronta,
una ondulante ola presagiosa.
Que penetra suavemente,en la playa,
depositando una estela blanca y salobre
al retirarse deja relieves en cobre
-Un epígrafe;un recuerdo que soslaya.-
En la arena tu nombre.
Julio Carbó