Abel Rojo

A la estrella de mi ventana

Esta noche llegas a mi ventana como sueles hacerlo.
Tan retadora, intermitente, hermosa.
Tienes el valor de buscarme y decirme con tu belleza que vaya hacia ti.
Me muestras el camino por el cual yo debo desplazarme para alcanzarte.


Eres tan inocente, pensando que yo, un simple hombre, puede tenerte conmigo.
Aquí estás, buscándome, coqueteándome con tu resplandor, como siempre.
Todos los años, en las noches ahí estás, me ves dormir y yo me siento tan impotente por no poder corresponderte.


Y no es que no quiera, es que me es imposible llegar a ti.
Por más que brilles, por más que alumbres mi camino, yo no puedo alcanzarte.


Esta noche me desvelaré viéndote, en la oscuridad de mi cuarto con mis ojos de mortal.
Y cuando mi ser ceda ante la almohada te estaré soñando.

En la mañana, ya cuando te hayas ido, cuando los pájaros estén cantando y el calor abrasante del sol esté traspasando mi cuerpo.
Yo, simplemente, te estaré pensando.
Y esperaré las noches para volver a encontrarnos.