Santiago Miranda

Este dolor no solo duele

 

Sino conlleva profundo más un germen;
La posibilidad dada de fundarme de nuevo
Riéndome de mi muerte y la imposibilidad de
Vivirla: reír la risa como un acto pleno
De silencio y rostro sin sonrisa, sí ser alegre
De poder entregarme invariable al dolor como la risa
Un poder dejar ser aquello que pide la atención

De quién destento atiende, dejar me ser
E ir a aquello que solicita y entregarme
A la clausura de otro que uno es y será:
Porque tal vez ya me aburrió hablar la herida
¿Cuál herida sino una voz que desea tener
Del tiempo su sustancia sanguinofugaz, su vida?

Cada sentir su propia puerta abierta y destello
Del placer gutural o vaivén primitivo sin plan
De escape que otro del momento cuando él
Momento pide hundir la consciencia en ello
Darle la espalda a la fuente del ruido, está bien

Pero yo no estoy herido, hoy vuelo hoy soy
O pareciera ser por perdurar en mi único instante intuitivo
Soy un ser siendo lo no sido, una copia de ti, otra copia
De otro de otro de algo más no nombrado o tan bien
Nombrado que no queda que negarlo, otra vez

Feliz de perder la risa y ganar la tristeza y perder
El triste carácter de aplacar mi pena y sentirme del todo
Vivo o muerto este juego del yo no juego
Y no me importa quien gane el partido, todo en la muerte
Se empata y me desentiendo y no me digas que pareciera ser

Otro. Que hay muertos y muertos como te dijera hay
Vivos y vivos que sin vivir han muerto hibernando en
Nosotros -tú y yo- vivimos en reinos de fantasía
Y morimos en la fantasía del reino sonoro

Sin conocer lo real porque lo real además de no ser
Cognoscible pudiera no ser real sino lenguaje
Del más allá un chiste que merece ser reído
Con respeto o vaga rigurosidad o lo que prefieras ser