Si los terrores de la noche,
Vinieron a asustarme
Tu Querida,
Fuiste la luz que los ahuyento
Entre sueños,
Tu belleza fue causa de mi desvelo,
Decidido para volver al sueño,
La imagen de aquel otoño a mi retornaba
Aquel árbol frondoso
Cómplice de la magia del amor
Testigo del encuentro, de nuestras
Almas, manos y labios
Sentado en el borde del abismo
En la oscuridad, contigo a mi lado
Bajo la luz de lluvia y rodeados de estrellas
Mi alma baila al suave son de tu latir
Cubierta por el calor de mi cuerpo
Y mientras la pasión reinaba
El romance florecía
Con el roce de nuestros cuerpos
Cruzamos una línea
En ríos distintos caímos
El cruce de ellos incierto es,
Pero el amor y la magia
de aquel otoño
De emociones fulgurantes y exquisita pasión
El caudal del río y el tiempo
No borrarán